julio 20, 2021

Por Comunicaciones Movyt

Habitar con cuidado

Los complejos desafíos que enfrenta la movilidad en las ciudades actuales exigen ir más allá del análisis de los comportamientos de viaje, pues se necesita entender la importancia de otras actividades de la vida cotidiana que se entrecruzan con los desplazamientos. Así, cobran relevancia la socialización, la recreación y el cuidado de personas dependientes, por ejemplo.

En este contexto, el Núcleo Milenio Movilidades y Territorios MOVYT desarrolla una investigación sobre la movilidad del cuidado en dos ciudades chilenas, Santiago y Concepción. El estudio, a cargo del ingeniero en transporte Juan Antonio Carrasco y la urbanista Paola Jirón, identificará las estrategias de movilidad cotidiana que desarrollan las personas que están a cargo de otros, desde una perspectiva de género.

 La idea es caracterizar los patrones de esta “movilidad interdependiente”, entendiendo cómo se facilitan las actividades de cuidado y cómo se limitan por las interacciones domésticas, las redes interpersonales, el sistema de transporte o el entorno.

Habitar con cuidado

En el marco de este interés de MOVYT por el análisis de la movilidad del cuidado se desarrolló en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile (una de las instituciones albergantes del centro de investigación) el curso “Habitar con cuidado. Ciudades y territorios para la reproducción de la vida”. Este ramo, electivo para estudiantes provenientes de distintas carreras, estuvo a cargo de Paola Jirón y la arquitecta Macarena Solar.

El curso puso énfasis en el reconocimiento de la importancia de las labores de cuidado en el habitar cotidiano, la identificación de usos del espacio desde los cuidados y de metodologías para observarlos con relación al habitar y el espacio, y de la comprensión de las transformaciones del territorio en torno al tema, a partir de teorías feministas. Luego, los y las participantes desarrollaron distintos proyectos.

Proyecto 1: Cuidados en pandemia

La arquitecta María José Alarcón desarrolló el proyecto “El impacto de la pandemia en los cuidados”, para visibilizar la experiencia de catorce mujeres que cuidan niños o niñas. Del estudio se desprende que además del evidente aumento de la carga de trabajo que ha implicado la situación sanitaria para las cuidadoras, esto también ha impactado en tiempos más acotados para la pareja. También se observa migración de la ciudad a regiones, se releva el rol que asumen las abuelas en los cuidados y los hombres en temas domésticos, se aprecian conductas diferentes entre los niños y niñas que viven en departamentos versus quienes habitan casas, y un aumento en los emprendimientos.

Alarcón explica que “también surge la vivienda como un lugar de desigualdad, donde los mismos espacios muchas veces no son coherentes con las actividades que en ellos se desarrollan”, alertando respecto a la necesidad de abordar este problema desde un enfoque de género.

Proyecto 2: Metro cuadrado

Constanza Hermosilla, artista visual de la Universidad de Concepción, presentó este estudio que buscó evidenciar la desigualdad expresada en una red de transporte que “prioriza el mantenimiento de algunas estaciones, descuidando así a unos pasajeros por sobre otros, pese a que no hay diferencia tarifaria”.

El proyecto se llevó a cabo en la Estación La Granja del Metro de Santiago con la ayuda de Julio Suárez y Pablo Vergara y la entrevista a Sonia, una trabajadora de limpieza del lugar. Concluyó que el espacio no es un solo un soporte neutro, sino que el lugar donde se construyen las relaciones y donde se mantienen las desigualdades que dan paso a las “geografías del poder”. En este caso, las condiciones físicas en las que se encuentra la infraestructura de transporte condicionan la experiencia del trayecto y el habitar de sus ciudadanas y ciudadanos.

Proyecto 3: Cartografía corporal de los cuidados

Cómo se viven a través del cuerpo las emociones, sensaciones y otras manifestaciones físicas y sensoriales relacionadas con los espacios y entornos fue el impulso de la geógrafa y Magister en Hábitat Residencial, Aranka Scherping, para realizar su investigación. Reunió a cuatro voluntarias y les pidió dibujar sus cuerpos como si fueran territorios, para representar cómo viven cotidianamente el entorno por el que transitan.

Concluyó que los cuidados, un trabajo delegado principalmente a mujeres, demanda esfuerzos y dedicación en una relación de dependencia que involucra impulsos afectivos y un compromiso ético con los demás. El ejercicio también permitió visualizar el dolor, el miedo, el cansancio, la inquietud y la enfermedad que afectan sistemáticamente las subjetividades y cuerpos en el devenir cotidiano.

Para las voluntarias del estudio, este ejercicio fue “terapéutico, pues la auto representación a través del mapeo del cuerpo les permitió remover emociones y recuerdos de heridas, marcas, lugares, espacios, saberes, haceres; es decir, su memoria e historias personales, para luego conectarlo con la potencia emancipatoria que habita en sus cuerpos”.

 

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