- Investigación de la geógrafa Consuelo Letelier utiliza la metodología de las barreras a la movilidad del Núcleo Milenio Movilidades y Territorios MOVYT para analizar las prácticas de hombres y mujeres de entre 15 y 17 años de Ñuñoa, La Reina y Las Condes.
Santiago, febrero de 2021.- Con el objetivo de develar las prácticas cotidianas de movilidad a través del uso del Smartphone se desarrolló el estudio “Si se me acaba la batería me quedo botada”: El uso del Smartphone en la movilidad cotidiana de jóvenes en Santiago de Chile”. Consuelo Letelier, geógrafa de la Universidad de Chile, desarrolló este proyecto de investigación indagando en las experiencias de jóvenes que utilizan la tecnología para su movilidad e incorporó además la variable de género en el análisis.
Los participantes -mujeres y hombres de entre 15 y 17 años de las comunas de Ñuñoa, La Reina y Las Condes- respondieron una encuesta de caracterización y también participaron en talleres diferenciados por género donde mapearon sus trayectos cotidianos indicando modos de transporte, compañías, horarios, barreras de movilidad y el uso del Smartphone para mejorar estas movilidades, lo que se tradujo en que cada uno/a contó su “historia de viaje”. Considerando que los talleres se realizaron en pleno auge de las manifestaciones sociales ocurridas a partir de octubre de 2019, se incorporaron preguntas que permitieron ampliar la reflexión en este contexto.
Una de las conclusiones del estudio es que las amigas son la base en las redes de interdependencia entre mujeres, dado que se ayudan generando “estrategias de descontrol” a través de sus smartphones, que responden a las restricciones y controles excesivos que aplican sus padres y madres “estas estrategias les enseñan a conocer y desenvolverse con miedo y desconfianza en el espacio público” explica Consuelo, argumentando que la educación patriarcal perpetúa divisiones a temprana edad en el uso del espacio y el acceso al transporte público.
De esta manera, las herramientas tecnológicas evidencian los roles de género y un empleo diferencial del espacio según los usos que se dan a las aplicaciones de Smartphone, ya que las mujeres las utilizan principalmente para seguridad y conocimiento del espacio, mientras que los hombres para entretención y ocio.
De acuerdo a la geógrafa, la perspectiva de la movilidad permite conocer las prácticas de diferentes actores sociales lo que puede contribuir a una planificación urbana más colaborativa “en esta investigación utilizamos la metodología de las barreras de la movilidad para entender las experiencias de las y los jóvenes”, explica. Además, “en el contexto nacional de manifestaciones y pandemia, este tipo de metodologías han tomado fuerza, ya que responden al desafío de producir datos que recojan la experiencia de las personas” comenta.
Según Letelier, el enfoque de la movilidad ayuda a tener una visión más integral a la hora de pensar las ciudades, sin fragmentar la vida cotidiana del territorio y fortaleciendo la importancia de la pertinencia local para la toma de decisiones. En este marco, la metodología de las barreras de la movilidad permite encontrar información muy valiosa para la toma de decisiones en materias de transporte. Así, detalla que en el estudio se pudo observar que jóvenes de colegios particulares no están accediendo al pase escolar pues tienen que hacer una acreditación socioeconómica y trámites para conseguirlo, lo que restringe a un grupo socioeconómico el uso del transporte público “si todos los niños, niñas y jovenes tuvieran acceso universal, se normalizaría el uso del transporte público desde temprana edad, lo que ayudaría a avanzar hacia ciudades más sustentables” concluye.
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