Esta investigación analiza cómo experimentan la movilidad trabajadores y estudiantes del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas A.C. (CIDE) ubicado en Santa Fe, un espacio insular de CDMX que retrata la desigualdad económica, simbólica, social y de movilidad de quienes allí laboran y habitan?
Con el nuevo paradigma de movilidad la distancia, el tiempo y el costo son elementos de estudio importantes, sin embargo lo que predomina es la propia experiencia de las y los sujetos. Lo anterior es parte medular para entender los datos obtenidos en esta investigación.
Un primer hallazgo surge al analizar que tanto el espacio como el cuerpo de los colaboradores del estudio se encuentran atravesados por el género y esto se ve reflejado en la movilidad. De este modo, las mujeres tienden a realizar la llamada doble jornada laboral. En cuanto al tema del miedo, este es un componente social que se arraiga en el cuerpo pero que se vive diferenciadamente de acuerdo al género. La mayoría de las entrevistadas tiene miedo al acoso sexual en el espacio público, además de que la mayoría lo ha padecido. De manera distinta, los hombres sienten miedo de ser atacados por la delincuencia, pero en ningún momento el miedo de ellos es sexual, a diferencia de las mujeres. Pese a sentir miedo, las personas tienen que movilizarse por lo que recrean estrategias para recorrer la metrópoli. Las mujeres se mudan de ropa y de zapatos mientras usan el transporte público y cuando llegan al trabajo se cambian. Los hombres transitan calles con mayor gente o utilizan el transporte para no caminar, también ambos hacen uso de celulares económicos por si los asaltan o si traen coche propio prefieren transitar por zonas que los hagan sentir con mayor seguridad.
Por último, la diferencia entre un trabajador con menores ingresos es de 29 kilómetros frente a un trabajador con mayores ingresos, es decir: la brecha de ingresos también se mide en kilómetros de distancia respecto al centro de trabajo y no sólo en monto económico. En este apartado, tanto las mujeres como los hombres con un sueldo más alto tienden a vivir en vías cercanas de los transportes públicos (metro, metrobús) y de las paradas del CIDEBUS, mientras que los de menor ingreso en los lugares que puedan costear.
Colaboradores:
- Paula Soto Villagrán
- Rodrigo Meneses Reyes
- Ángela Giglia Ciotta
Palabras clave: Ciudad de México, vida urbana, movilidad ocupacional, transporte urbano