El Santiago no (in)visible : análisis de la percepción espacial en Santiago en personas con ceguera por medio de geografías creativas.
TESIS El Santiago (in)visible
Por Comunicaciones Movyt, julio 19, 2024¿Cómo le hago para llegar? la experiencia de la movilidad cotidiana en Santa Fe: el caso de los trabajadores y estudiantes del CIDE
Por Comunicaciones Movyt, enero 16, 2024Esta investigación analiza cómo experimentan la movilidad trabajadores y estudiantes del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas A.C. (CIDE) ubicado en Santa Fe, un espacio insular de CDMX que retrata la desigualdad económica, simbólica, social y de movilidad de quienes allí laboran y habitan? Con el nuevo paradigma de movilidad la distancia, el tiempo y el costo son elementos de estudio importantes, sin embargo lo que predomina es la propia experiencia de las y los sujetos. Lo anterior es parte medular para entender los datos obtenidos en esta investigación. Un primer hallazgo surge al analizar que tanto el espacio como el cuerpo de los colaboradores del estudio se encuentran atravesados por el género y esto se ve reflejado en la movilidad. De este modo, las mujeres tienden a realizar la llamada doble jornada laboral. En cuanto al tema del miedo, este es un componente social que se arraiga en el cuerpo pero que se vive diferenciadamente de acuerdo al género. La mayoría de las entrevistadas tiene miedo al acoso sexual en el espacio público, además de que la mayoría lo ha padecido. De manera distinta, los hombres sienten miedo de ser atacados por la delincuencia, pero en ningún momento el miedo de ellos es sexual, a diferencia de las mujeres. Pese a sentir miedo, las personas tienen que movilizarse por lo que recrean estrategias para recorrer la metrópoli. Las mujeres se mudan de ropa y de zapatos mientras usan el transporte público y cuando llegan al trabajo se cambian. Los hombres transitan calles con mayor gente o utilizan el transporte para no caminar, también ambos hacen uso de celulares económicos por si los asaltan o si traen coche propio prefieren transitar por zonas que los hagan sentir con mayor seguridad. Por último, la diferencia entre un trabajador con menores ingresos es de 29 kilómetros frente a un trabajador con mayores ingresos, es decir: la brecha de ingresos también se mide en kilómetros de distancia respecto al centro de trabajo y no sólo en monto económico. En este apartado, tanto las mujeres como los hombres con un sueldo más alto tienden a vivir en vías cercanas de los transportes públicos (metro, metrobús) y de las paradas del CIDEBUS, mientras que los de menor ingreso en los lugares que puedan costear. Colaboradores: Paula Soto Villagrán Rodrigo Meneses Reyes Ángela Giglia Ciotta
Hacia una región de Valparaíso habitable y conectada
Por Comunicaciones Movyt, septiembre 11, 2023Participa Lautaro Ojeda del a Red de Investigaciones MOVYT
REPORTAJE: Electromovilidad ¿un mejor futuro para nuestras ciudades?
Por Comunicaciones Movyt, enero 18, 2021Los autos eléctricos aparecen como una utopía tecnológica que nos deslumbra e ilusiona, pero su aparición plantea numerosos desafíos a la planificación y movilidad urbana pues con ellos no termina la congestión y aumenta la demanda por infraestructura para la carga, entre otras cosas. ¿Cómo se adapta entonces el espacio público y la ciudad a este tipo de vehículo?
Planificación de transporte desde una perspectiva feminista: LA MOVILIDAD DEL CUIDADO
Por Comunicaciones Movyt, julio 6, 2020Investigadora MOVYT analizará las desigualdades presentes en la experiencia de viaje de hombres y mujeres, a través de diferentes modos de transporte. Santiago, lunes 06 de julio de 2020.- ¿Es posible un transporte que cuide? Es la pregunta inicial con la que Daniela Rubio, antropóloga e investigadora MOVYT, buscará identificar las desigualdades que se generan en los viajes por motivo de cuidado. La idea es generar discusiones que permitan mejorar la capacidad de la operación del transporte público para responder a las necesidades de movilidad, las que están directamente vinculadas con diversos aspectos de la vida cotidiana no considerados actualmente. Como antecedentes para la investigación se consideraron dos corrientes de planificación de transportes: la tradicional, que se basa en los modelos matemáticos que dimensionan la oferta en base a la cuantificación de la demanda existente entre matrices origen-destino y otra, desde la perspectiva feminista, que evalúa la mirada androcéntrica de la ciudad, en la que se privilegian las actividades de producción y, por tanto, los viajes por motivos laborales por sobre los viajes que permiten la reproducción social o las actividades de cuidado. En Chile los hombres destinan 3,06 horas diarias a actividades de cuidado versus las 7,37 horas que dedican las mujeres a estas materias, cifras relacionadas con los porcentajes de participación laboral según género en nuestro país, que son de 49% y 71% para hombres y mujeres, respectivamente. En relación con el transporte, también hay marcadas diferencias, ya que mujeres y hombres se mueven diferente, en trayectos vinculados a sus roles “tenemos distintos patrones de movilidad cotidiana, los hombres hacen viajes más directos, utilizan más el auto y viajan más en hora punta. Las mujeres hacen viajes más cortos (0 a 10 minutos), mucho más escalados, usan más el transporte público, van mayoritariamente acompañadas o llevando a alguien, van más cargadas, hacen menos viajes nocturnos y más viajes en horas valle” detalló la investigadora. Rubio presentó este proyecto en el Webinar ¿Cómo puede aportar el feminismo a la planificación de la movilidad?, organizado por Resonalia, donde explicó que “la perspectiva del cuidado reconoce que hay una dimensión afectiva y relacional en estas tareas domésticas. Reconocer esto cuestiona la base de las relaciones mercantiles, que plantean que las actividades o el trabajo se hace por el logro de un beneficio individual. En cambio, si vemos las actividades de cuidado, el bienestar del otro es también un fin”. La investigación analizará “viajes de cuidado” (abastecerse de mercadería, ir a un centro de salud o acompañar a alguien a la escuela) mediante etnografías de viajes de personas de distintos niveles socioeconómicos que utilicen modos de transportes diferentes como caminata, transporte público o automóviles particulares. Luego, se identificarán los facilitadores y barreras que encuentran los usuarios en la interacción con cada uno de estos modos de transporte y las condicionantes que motivan su elección “esperamos presentar los resultados parciales a distintas organizaciones involucradas en la gestión del transporte, con el fin de involucrarlos en el desarrollo conjunto de propuestas de mejora para el transporte público”, concluyó la antropóloga. De está forma el estudio busca ayudar a pensar mejores políticas públicas para abordar la temática, desde una perspectiva que contribuya a poner la experiencia cotidiana del cuidado en el centro de las preocupaciones, ya que “es importante entender la planificación de transporte como una herramienta política de distribución de ese poder. Dejar de entenderla como una disciplina prácticamente aséptica-científica y empezar a comprender que es una herramienta política y, por tanto, tenemos que posicionar ahí cuáles son nuestros objetivos con esta planificación”, explicó la investigadora. VIDEO WEBINAR ¿Cómo puede aportar el feminismo a la planificación de la movilidad?